Mostrarse respetuoso con la topografía, reinventar lo vernáculo, tal vez contrastar el paisaje o crear un nuevo lugar, adaptarse al presupuesto, a las condiciones funcionales del cliente, a los medios constructivos; son cuestiones que para VAUMM son fundamentales en el proyecto.

 

BIOGRAFÍA

El estudio se formó en el año 2002, a partir de la confluencia de cinco ar­quitectos, Marta Álvarez, Javier Ubillos, Tomás Valenciano, Jon Muniate­giandikoetxea e Íñigo García Odiaga. El estudio ha operado desde su for­malización en múltiples escalas desde ángulos muy diversos, desde varia­das obras de edificación, nuevas o de rehabilitación, hasta proyectos ur­banos o de ordenación del territorio. Siempre bajo una metodología ba­sada en la investigación. Incorporando especialistas de diferentes discipli­nas, sumando en definitiva conocimiento. Esta organización variable ha aportado a la oficina estable, múltiples colaboraciones, conformando así en cada proyecto el mejor equipo posible.

ADN Y VALORES ARQUITECTÓNICOS

Otorgamos gran importancia al contexto, entendido en un sen­tido amplio. Mostrarse respetuoso con la topografía, reinventar lo vernáculo, tal vez contrastar el paisaje o crear un nuevo lugar, adaptarse al presupuesto, a las condiciones funcionales del clien­te, a los medios constructivos; son cuestiones que para nosotros son fundamentales en el proyecto. Se trata de leer las condicio­nes de entorno e integrarse en él respetando los equilibrios del contexto. Se trata de proponer algo nuevo dentro del proceso continuado que ha generado esa situación.

¿QUÉ DEMANDA EL CLIENTE HOY EN DÍA?

Los problemas de arquitectura son complejos y en general lar­gos. A nuestro juicio establecer una sinergia constante con el cliente, acompañar, asesorar, brindar soluciones o incluso intui­ciones en temas laterales es fundamental para resolver adecua­damente los encargos.

PROYECTOS EN CURSO

Proyectos de diferentes escalas y programas. Una bodega en la Laguar­dia en Álava, la reforma y rehabilitación de una antigua lonja pesquera en San Sebastián, una biblioteca y fábrica de cultura en el municipio de Errenteria en Gipuzkoa o la transformación de una avenida de tráfico denso en un boulevard urbano en un tramo de más de 600 metros, son algunos de los proyectos que nos ocupan ahora.

«La profesión debe aplicar su virtud integradora para releer los nuevos problemas y de ese modo reconectar soluciones aportando nuevas visiones y sumando áreas diversas. «

FUTURO DE LA PROFESIÓN

La arquitectura siempre ha sido capaz de integrar gran cantidad de campos y visiones de manera natural. El mundo ha cambiado, es aho­ra más múltiple, abierto y complejo. En ese sentido la profesión debe aplicar su virtud integradora para releer los nuevos problemas y de ese modo reconectar soluciones aportando nuevas visiones y sumando áreas diversas.