Desde el año 2009 ENERO Arquitectura ha sido el estudio encargado de desarrollar el plan de renovación integral de uno de los centros hospitalarios más representativos a nivel nacional, el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, con el objetivo de alcanzar una imagen más unitaria y homogénea del complejo, adaptándolo a las necesidades y avances de la medicina actual, y garantizando un mejor diagnóstico y tratamiento para los pacientes. Recientemente, el estudio ha finalizado la intervención del área de medicina nuclear, un proyecto de un total de 559 m2 que ha mejorado su ubicación dentro del centro y ha integrado la última tecnología para el diagnóstico por radiación.
Hace más de una década, ENERO Arquitectura puso en marcha el ambicioso plan de renovar el emblemático Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, con el propósito de adaptar este edificio de más de 70 años en un espacio equiparable a un centro de nueva planta, con mayor capacidad y las últimas prestaciones pero, además, siendo funcional y eficiente tanto para los pacientes como para el personal laboral. Para ello, ha sido preciso realizar una racionalización de todos los espacios de las diferentes unidades del hospital, así como la redistribución de los mismos. Precisamente, uno de los mayores retos de este plan era la intervención y proyección del área de medicina nuclear, un desafío que el estudio ha superado con éxito, estableciendo una nueva ubicación óptima para esta unidad en conexión con la zona de diagnóstico por la imagen y urgencias, y con comunicación vertical directa desde la mayoría de áreas de hospitalización, permitiendo la mejora del circuito asistencial tanto para pacientes ambulatorios como ingresados.
La unidad de medicina nuclear cuenta con 559m2 en los que se incluyen tanto los espacios propios de la unidad como los espacios de circulación de pacientes. El proyecto se compone de dos zonas globales: la zona “fría” formada por las áreas de espera generales, admisión de pacientes, salas de trabajo y de preparación de informes para los facultativos, y un despacho/consulta para el jefe de servicio. Por otro lado, la zona “caliente”, que comprende los espacios de diagnóstico (sala PET-TC, SPECT-TC y salas de control); las zonas de espera de pacientes antes de las pruebas, compuestas por 5 boxes y 4 cabinas de vestuario; una sala de espera con aseos y la sala de preparación de dosis denominada “Gammateca”, con espacio propio de preparación de pacientes.
De los 5 boxes de espera dentro de la “zona caliente”, dos de ellos se utilizan para los pacientes del PET-TC, y los otros dos para los del SPECT-TC. El quinto box se utilizará indistintamente para todos los pacientes. Hay tres boxes dimensionados para que en ellos haya permanentemente un sillón de espera reclinable y, en los otros dos, existe la posibilidad de que el paciente esté en la camilla de transporte en el caso de que provengan de las unidades de hospitalización. Uno de los boxes de cama, además, está equipado adicionalmente para administrar la dosis de isótopo por aerosol y cuenta con una extracción específica para este uso.
Todos los boxes cuentan con iluminación regulable desde el interior para que los pacientes puedan elegir la intensidad y su espera sea lo más confortable posible. La naturaleza de los isótopos que se utilizan para realizar las pruebas en esta unidad y los largos tiempos de espera antes y después de realizar la prueba diagnóstica, hacen que sea especialmente importante que los pacientes se sientan cómodos y tranquilos durante su estancia.
Las salas de diagnóstico cuentan con una iluminación específica con una doble vertiente: una iluminación ambiente que se consigue mediante la inclusión de unos grandes lucernarios retroiluminados cubiertos con tela tensada que generan una iluminación difusa muy parecida a la luz natural ; y una iluminación de acento que se genera con tiras LED en el suelo y en el techo, permitiendo una gran iluminación en la sala en caso de ser necesario. Ambos sistemas son regulables mediante sistema DALI para garantizar el mejor ajuste acorde a las necesidades de cada paciente y momento de la prueba.
Debido a los grandes espesores de plomo necesarios para el blindaje contra la radiación y del importante peso de los equipos PET-TC, SPECT-TC y TAC, se ha hecho necesaria la construcción de una nueva estructura que soporta todo el peso de la unidad. Dicha estructura consiste en un nuevo forjado superpuesto al existente formado por perfiles metálicos que transmite toda la carga a los pilares sin añadir carga al forjado original.
Las salas de los equipos han exigido una nivelación muy precisa del forjado y suelo acabado, inferior a 2 mm por metro. Ha sido preciso igualmente dejar empotradas en forjado canaletas registrables de acero para las líneas eléctricas y de interconexión de los equipos, no dejando en superficie elementos que entorpezcan la circulación y maniobrabilidad de personas y equipos.
La elección de los materiales empleados para la intervención de esta zona viene fundamentalmente condicionada por la necesidad de blindaje ante las radiaciones que se generan en este tipo de técnicas. Dicho blindaje, condicionado por el espacio disponible para la unidad, se ha realizado con planchas de plomo, permitiendo reducir los espesores de aislamiento frente al hormigón baritado. En cuanto a los materiales de acabado, se ha optado por la funcionalidad de los espacios y la facilidad de mantenimiento y limpieza de los mismos. Es por ello que todas las zonas donde se prevé el movimiento de camillas se revisten de paneles de compacto fenólico, por ser muy resistentes a los impactos y permitir una fácil y rápida limpieza.
La antigua unidad de medicina nuclear interfería con la posición del nuevo bloque quirúrgico que recientemente se ha reformado, dotando al Hospital de un bloque técnico puntero con la incorporación de 18 nuevos quirófanos en sustitución de los 11 que tenía, una unidad de reanimación post-quirúrgica y una UCI con más de 20 boxes individuales.
PLAN GENERAL DE RENOVACIÓN DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ
El plan de renovación integral implica la reforma de todas sus áreas, poniendo especial énfasis en las unidades indispensables como los accesos, las consultas, las hospitalizaciones, los quirófanos, los laboratorios de investigación, las salas de medicina nuclear, etc. El proceso se está llevando a cabo en etapas. Entre los años 2009 y 2014 se realizó la remodelación del 50% de la superficie del hospital, permitiendo el aumento en un 30% del número de camas. La segunda etapa, iniciada en 2014, y aún en curso, plantea una ambiciosa ampliación de la superficie en un 20% del total del centro, lo cual supondrá un nuevo incremento en el número de camas de un 33%.
Las actuaciones llevadas a cabo por ENERO hasta la fecha han supuesto una mejora sustancial de la eficiencia y la dinámica habitual del hospital, lo que supone la proyección de este edificio hacia el futuro. Gracias a las intervenciones realizadas y al buen funcionamiento del hospital, se ha logrado que los índices de satisfacción de los usuarios estén actualmente por encima del 95%.