
Sólo se puede proyectar desde la cultura, desde un tiempo y un lugar, al margen de que sea con la historia con la que nos confrontemos. Octavio Mestre entiende el trabajo de su despacho como un taburete de tres patas, donde una es el ejercicio profesional, otra la docencia y, la tercera, la edición.
BIOGRAFÍA
Voluntariamente pequeño, el estudio nace hace ya más de 25 años y ha ido incorporando miembros de entre los exalumnos de diversos cursos. Ser pequeños nos ha permitido sobrevivir a todas las crisis, de la manera en la que los pequeños roedores sobrevivieron a las glaciaciones y no los dinosaurios. Sin embargo, la dimensión no nos ha impedido hacer obras, como las sedes del CERN en Ginebra, la de la Mutua en Madrid, las de Colonial o Prosegur, grandes centros comerciales, complejos de viviendas en varios países y mucha rehabilitación (lo que nos pide nuestra vieja Europa). Hoy lo componemos, Albert Lluch, Josep Ribas, Carlos Maurette, Chiara Gerini, Chiara Brenca, Irene Yal y yo mismo.

ADN Y VALORES ARQUITECTÓNICOS
Nosotros no somos un despacho (no despachamos nada), sino un estudio de Arquitectura. Cada proyecto inaugura el mundo, como Carlos Fuentes decía que todo lector es siempre el primer lector. Sólo se puede proyectar desde la cultura, desde un tiempo y un lugar, al margen de que sea con la historia con la que nos confrontemos. Entiendo nuestro trabajo como un taburete de tres patas, donde una es el ejercicio profesional, otra la docencia (compartir lo que sabemos y ponerlo en duda) y, la tercera, la edición.
¿QUÉ DEMANDA EL CLIENTE HOY EN DÍA?
Los clientes piden. Pero es importante hacerles entender que no siempre dándoles la razón les servimos mejor, si después van a tener problemas. Y que lo urgente no debe de pasar nunca por delante de lo importante… Y que el tiempo es más importante que el dinero, porque somos el tiempo que nos queda. Enseñarles a dar la vuelta a los problemas, a no ser cortoplacistas… el tiempo de la arquitectura es otro… El cliente te paga por lo que tienes que saber hacer, pero te valora por la magia, por aquello a lo que no estás obligado a saber.

PROYECTOS EN CURSO
La ampliación del CC Gran Jonquera, con otros 79.000 m2 más, la reforma del Pedralbes Centre, la rehabilitación de la Casa Oller, un edificio modernista en el Ensanche catalogado individualmente y de un edificio en el 22@, patrimonio industrial, la transformación de un edificio de oficinas en viviendas en el centro de Barcelona (57 viviendas), la reforma de dos casas en primera línea de mar en Castelldefels, de las zonas comunes de la Torre B1 del Fórum (14 plantas), un food-court en el Paseo de Gracia, una residencia de estudiantes en Esplugues, acabar un hotel Spa de 18.000 m2 en Tarragona, así como el interiorismo de varios pisos. Recientemente, nos han encargado en San Cugat un edificio de oficinas a cuatro vientos, como sede corporativa.
FUTURO DE LA PROFESIÓN
El mundo no sé va si va a donde creemos que tendría que ir. El exceso de normativas (no sé si alguien se cree que hemos simplificado las cosas) hace que nuestro trabajo sea cada día más farragoso. Y que la gestión del día a día se nos coma. Estamos en una sociedad del miedo, que pretende regularlo todo, en un momento similar al que se vivió en la Grecia helenística, de un cierto amaneramiento, propio a disquisiciones mentales que no llevan a ninguna parte. Basta tomar la distancia necesaria, salir fuera, conocer otras realidades, para ver cómo nos lo complicamos en aras a la pajarada del momento. Pero sostengo que la arquitectura es otra cosa. Por eso urge, como decía Calvino, y más que nunca, detectar en el infierno las parcelas que no son infierno y dejarlas crecer. No renunciar a la emoción primera, de ver cómo crecen los pilares, de ver un muro encalado al sol, de ver cómo nos integramos en la trama urbana con voluntad de modestia, pero sin renunciar a nada.
