
El proyecto extiende este paisaje agrícola hasta los edificios del Campus, y busca, en este acercamiento, establecer una relación entre ellos, llenando el vacío entre estas dos realidades inicialmente desconectadas.
Biografía
FLORES & PRATS es un estudio establecido en Barcelona en 1998 por Ricardo Flores y Eva Prats. El estudio se ha formado a través de la participación en concursos abiertos para la Administración Pública, y sus proyectos incluyen edificios de equipamiento y vivienda, espacios públicos y diseño de exposiciones para instituciones culturales y museos. El trabajo del estudio ha recibido diversos premios, fue seleccionado para el Directorio Wallpaper* de estudios emergentes, obtuvo el Grand Award de la Royal Academy of Arts de Londres en el 2009 y en Junio de 2011 el Premio Internacional Dèdalo-Minosse de Vicenza. Después de ganar el concurso en 2007, el estudio diseña y construye el Innovation Campus Microsoft de Milán, completado en 2012. Actualmente trabajan en el proyecto de la Nueva Sala Beckett en Barcelona, ganado por concurso en Febrero de 2011. Han dado conferencias y talleres de arquitectura en diversas universidades de USA, Reino Unido, Australia, Dinamarca, Noruega, Italia y Argentina y son autores varios libros. Además de su práctica profesional, Ricardo y Eva son Profesores Asociados en la ETSAB-UPC, y en la ESARQ-UIC.
Datos del edificio
Situación: Peschiera Borromeo, Milán.
Proyecto: Agosto 2007- Agosto 2008.
Construcción: Diciembre 2008 – Septiembre 2012.
Equipo: Flores & Prats, Barcelona (arquitectura y paisaje); Studio MPartner Srl, Milán (ingeniería); Luigino Pirola, Bergamo (asesor botánico); Greenwich Srl (certificación LEED); ReValue, Milán (interiorismo)
Promotor: Vitali Spa + Microsoft Italia.
Superficie: 150.000 m2 de parcela.
Presupuesto:150.000.000 euros.
Programa: Nuevo Campus para Microsoft Italia. Oficinas y Servicios 45.260 m2; Auditorio para 400 personas, 2.560 m2; Guardería para 90 niños, 3.000 m2; Aparcamiento subterráneo para 1000 coches, 26.500 m2; Paisaje 55.000 m2.
Colaboradores del estudio: Eirene Presmanes, Jorge Casajús, Elvire Thouvenot, Oriol Valls, Christine van Sluys, Jaume Molins, Javier Lecumberri, Sergi Madrid, Fabrizia Cortellini, Verónica Baroni, Lucía ella,
Lucía Guerberoff, Sergio Muiño, Sune Rieper, Lars Bach, Adam McDonald.
Fotografías de la obra: Filippo Romano.
Premios: Primer Premio Internacional Dédalo-Minosse, Vicenza, Junio 2011.
Certificación Energética: LEED GOLD.

En el año 2007, Microsoft Italia decide ubicar su nueva Sede en el interior de un paisaje caracterizado por el trabajo agrícola y en constante cambio productivo. Es en este paisaje que propone un nuevo modo de trabajar.
Nuestra propuesta identifica esta condición de periferia agrícola, y la reconoce construyendo una transición, un paisaje intermedio.
Nos interesa pensar el proyecto como un punto de encuentro entre dos tecnologías: la del trabajo en el campo y la del trabajo en el ordenador. Ambas se desarrollan en paralelo y son compatibles: ninguna prevalece sobre la otra.
El proyecto se sitúa en una zona llana al Sur de Milán, la Pianura Padana, caracterizada por un horizonte muy extenso y por la geometría de los cultivos, de las franjas de árboles, de las líneas de agua y de las fuentes.
Hileras de árboles forman grandes habitaciones agrícolas cuyo tamaño es mayor al de las distintas propiedades o las divisiones definidas por las carreteras. El nuevo Campus Microsoft Italia se encuentra en una de estas grandes habitaciones.

Nuestra propuesta se apoya en los edificios ya existentes en el lugar, y busca conectar los volúmenes puros con el paisaje que se extiende enfrente suyo.
El proyecto nace, de un lado, de la necesidad del cliente de dotar de un nuevo acceso a estos edificios ya planificados; del otro, de la calidad del paisaje agrícola que tenemos delante.
Las líneas del proyecto las encontramos en las líneas características de la tierra cultivada. El lugar del proyecto es una especie de tierra de nadie, un lugar donde encontramos la libertad para trabajar.
Las líneas del paisaje reflejan el trabajo en el campo. Su ritmo paralelo parece repetirse hasta el infinito, y al mismo tiempo asume constantes variaciones a medida que se acercan y rodean los edificios agrícolas y los árboles aislados.
El proyecto extiende este paisaje agrícola hasta los edificios del Campus, y busca, en este acercamiento, establecer una relación entre ellos, llenando el vacío entre estas dos realidades inicialmente desconectadas.

Las líneas no tienen una jerarquía, son intercambiables: siempre es posible añadir o quitar alguna. El proyecto se mueve en un campo ambiguo y claro a la vez.
Esta idea no solo nos ha permitido la posibilidad conceptual de incorporar lo casual en el interior de la construcción, sino que también nos ha abierto la posibilidad de aportar continuas modificaciones de la superficie.
Las líneas, que en principio no son figuras relevantes, guían la manera de escapar de la geometría asociada al módulo, presente en los volúmenes de los edificios existentes. Extendiéndose de manera más o menos paralela, las líneas ofrecen la posibilidad de desplazar la superficie de la realidad.
Las líneas del arado se acercan a lo construido y, con toda su fuerza e intensidad, se elevan como un paisaje suspendido sobre el paseo de ingreso. Abrazan los volúmenes de los edificios, inventando un paisaje vertical que trepa, escalando la fachada de vidrio.
Una serie de pérgolas sobrevuelan y protegen del sol y de la lluvia a quien entra o sale de los edificios: “pérgolas de sombra”, de líneas metálicas y tubos paralelos a diversas alturas, y una única “pérgola de lluvia”, de vidrio y metal, que corre más baja y cercana a los peatones.
Esta estructura ligera, entendida como promenade, busca llevar las fachadas paralelas más cerca unas de otras. No se sabe de donde nace: si de las hileras de árboles, o de las fachadas de los edificios. La extensión de los brise-soleils, que dejan el plano vertical para convertirse en uno horizontal, es una invitación a dejar el edificio para irse a pasear al campo.
Conos de aireación y de iluminación del garaje, acompañan el paisaje plegado e intermedio entre el llano cultivado y los volúmenes de vidrio. Como las líneas de un campo peinado, los recorridos de las dunas sobre el garaje organizan paseos escondidos y bancos para sentarse a trabajar.

Los nuevos volúmenes verdes de la guardería para sesenta niños se proyectan contra el bosque, que anuncia una fuente bajo suyo. Organizan la transición al paisaje de los campos. Los dos edificios rodean un patio de juegos, como un fragmento de campo a cielo abierto, conectado a las larguísimas hileras de árboles de las habitaciones agrícolas.
La franja entre oficinas y campo se llena ahora de actividad con una nueva intensidad. De un lado y del otro de esta franja la actividad se lanza en el paisaje, fuera de los edificios. Trabajar con el ordenador en los jardines o bajo las pérgolas, es ahora igual a trabajar en el campo sobre un tractor. Los dos lados, parte del mismo paisaje, comparten esta franja y conviven en ella.
Cuando estemos bajo el espacio de transición de la pérgola, volveremos a preguntarnos a qué mundo pertenece. Las sombras de sus líneas metálicas son como un campo arado en invierno, donde ocurren situaciones diversas, y donde lo importante es proyectar un diálogo.
