Rehabilitar este edificio para uso hotelero para la cadena Hoteles Santos es recuperar una importante página de la historia de la ciudad., ya que el Hotel Miramar fue testigo de la más brillante etapa industrial y económica de la ciudad.
Biografía
ESTUDIO SEGUI, es una sociedad profesional de Arquitectura y Planeamiento dirigida por el arquitecto José Seguí Pérez. Su objetivo como despacho es el desarrollo y gestión de los proyectos en las diferentes escalas de la arquitectura, el urbanismo y el diseño.
Su actividad profesional se inicia en el año 1985, dedicándose tanto a la redacción técnica de los proyectos como a sus procesos de control y gestión en su ejecución. Lo compone un amplio equipo técnico de Arquitectos e Ingenieros que con carácter estable y permanente conforman la estructura profesional de ESTUDIO SEGUI.
Este estudio mantiene dos sedes principales de trabajo en Málaga y Madrid (España), con una serie de Delegaciones en diversas ciudades Sudamericanas. Se conectan e integran a través de una red de sistemas informáticos que hacen posible un proceso unificado de producción y gestión del conjunto de sus proyectos, destacando los de Arquitectura con sus diversos usos (Administrativos, Culturales, Deportivos, Residenciales, Rehabilitaciones, Hospitalarios…), y los de Planeamiento en sus diferentes escalas (Desarrollos Urbanos, Proyectos de Urbanización, Planes Generales, Planes Territoriales…).
Datos del edificio
Nombre: Centro de Innovación y Promoción del Ibérico en Jabugo. Huelva.
Localización: Jabugo, Huelva.
(España).
Usos: Sede del Consejo Regulador de la D.O.P Jamón de Jabugo, salas de exposiciones, Oficinas Coworking, Auditorio, bodega, cafetería, centro de visitantes.
Superficie: 1.762 m2 construidos y 7.560 espacios exteriores.
Presupuesto de Ejecución mate¬rial: 1.368.176 euros
Autores: Bakpak
Colaboradores: Marta Pérez Gon¬zalo y Patricia Pérez Lucas.
Director de Ejecución: Miguel San¬tos García Romero y José Anselmo Arteaga.
Promotor: A.G.A.P.A
Consultora Instalaciones: Eva Ji¬ménez del Rio.
Consultora Estructuras: Duarte y Asociados.
Fotógrafo: Jesús Granada.
Constructora: TRAGSA
En el proyecto se ha trabajado la habilidad espacial en la disposición de los grandes salones para eventos alrededor del espacio central, resolviendo sus grandes luces con originales soluciones de estructuras metálicas espaciales.
La decoración basada en motivos ornamentales florales con figuras adosadas en molduras y cerámica con sus pinturas en cornisas y rejas de hierro forjado en balconeras denota su identificación con las referencias modernistas de los orígenes del Hotel Miramar.
No es una casualidad que la rehabilitación y recuperación de su uso hotelero coincida con otro nuevo renacer de la ciudad actual con sus renovadas aspiraciones de capitalidad turística y económica del Sur de España.
El edificio del Hotel Miramar fue proyectado originalmente por el arquitecto malagueño Fernando Guerrero Strachan, con el uso específico de Hotel para aquella importante burguesía industrial malagueña de mediados del XIX y principios del pasado siglo XX. Su diseño y ejecución coinciden tanto con los grandes acontecimientos de la Exposición Universal Iberoamericana de Sevilla en 1929 y las tendencias regionalistas que definieron la arquitectura de Aníbal González, como también con la Exposición Internacional de Barcelona en el mismo año recogiendo los movimientos modernistas que arquitectos como Elías Rogent, Lluís Domènech, Josep Puig, Enric Sagnier… desarrollaron de la mano de quien fue su precursor Antoni Gaudí, como consecuencia de la Revolución Industrial y los avances tecnológicos que aportaron en el arte de construir de finales del XIX.
Es importante reseñar estos acontecimientos para entender la razón de ser de uno de los más importantes edificios de la ciudad, y quizás el que refleja con mayor claridad la cultura arquitectónica de aquellos importantes momentos históricos. La industria de las ferrerías en Málaga, destacando “La Constancia” promovida por Manuel Agustín Heredia en 1833, y otras iniciativas industriales de aquella potente burguesía local como la del Marqués de Larios, Loring, Crooke, Huelin, Gross… que de la mano política de Cánovas del Castillo y del impulso económico del Banco de Málaga que a tal efecto crean, consiguen transformar profundamente la ciudad tanto en sus aspectos económicos como urbanísticos.
La construcción del magnífico edificio del Hotel Miramar es reflejo de toda esta importante herencia cultural, arquitectónica y tecnológica, que fue fiel reflejo de aquella etapa tan brillante de la ciudad de Málaga y su potente burguesía industrial, pero coincidente también con el principio de la profunda crisis de la primera década del XX al decaer la actividad de dichas industrias y la aparición de la plaga de la filoxera que acabó con el importante cultivo del viñedo en la comarca y, en consecuencia, con el desarrollo económico de la misma.
El edificio del Hotel Miramar, según el proyecto original de Fernando Guerrero Strachan y las decoraciones pictóricas del artista local Enrique Jaraba, recoge los mejores momentos de los citados antecedentes históricos. La influencia de la tendencia modernista que se detecta en la individualización de sus volúmenes y cubiertas a distintas alturas, con los paneles de “trencadís” de azulejos blancos y azules en sus fachadas combinadas con las policromías de sus grandes aleros con sus jarrones y azulejería en cerámicas mediterráneas, así como los paramentos de color con las pilastras almohadilladas dentro de un orden geométrico de limpios huecos que conforman la moderna composición de su fachada, le confieren al edificio una indudable línea modernista superadora de aquellos otros estilos regionalistas que localmente imperaban en la época.
En su interior, un majestuoso espacio central con su imponente cubrición acristalada se convierte en la rótula del orden geométrico de su planta cuadrada de distribución a través del cual se desarrolla toda la perfecta geometría de sus espacios interiores de salones y habitaciones. Finalmente, sería importante destacar la innovación tecnológica que aporta su estructura metálica roblonada que se realiza en las ferrerías de “La Constancia” y que se conforman en toda una lección de ingeniería estructural para desarrollar los difíciles problemas de las grandes luces de sus salones y el magnífico lucernario roblonado de su espacio central.
El Hotel, que inicialmente se denominó “Príncipe de Asturias”, es inaugurado por los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en el año 1926. Durante la Guerra Civil, de 1936 a 1939, se convierte en Hospital, para posteriormente en 1939 recuperar su actividad hotelera con el actual nombre de “Hotel Miramar” hasta 1967 en que se produce el cierre de sus instalaciones. Es en 1987 cuando se transforma en Palacio de Justicia, mediante una discutible actuación de obras que modifica sustancialmente sus órdenes arquitectónicos y decoraciones interiores, así como los magníficos jardines de su Fachada Sur al mar. En octubre del año 2007, la Consejería de Hacienda y la de Turismo de la Junta de Andalucía convocan un Concurso Público para retornar el edificio a su uso inicial de Hotel, una vez finalizada la actividad de Palacio de Justicia que interrumpió su uso histórico hotelero. El concurso del proyecto hotelero y arquitectónico es ganado por la cadena hotelera de “Hoteles Santos”, siendo el proyecto redactado por “Estudio Seguí”.
Podríamos afirmar que el Hotel Miramar de Málaga fue y será “algo más” que un Hotel. Rehabilitar este edificio para uso hotelero es recuperar una importante página de la historia de la ciudad. El Hotel Miramar fue testigo de la más brillante etapa industrial y económica de la ciudad, protagonizada por una culta burguesía local que supo aportar a la ciudad sus más importantes innovaciones urbanísticas y arquitectónicas. Fue también el lugar de encuentros de los muchos ilustres visitantes nacionales e internacionales que acudieron a la ciudad a través de estas instalaciones hoteleras, convirtiéndose en centro de los grandes acontecimientos sociales que la ciudad vivió en aquella importante época. La habilidad espacial en la disposición de los grandes salones para eventos alrededor del espacio central, resolviendo sus grandes luces con originales soluciones de estructuras metálicas espaciales, y la decoración basada en motivos ornamentales florales con figuras adosadas en molduras y cerámica con sus pinturas en cornisas y rejas de hierro forjado en balconeras, denotan su identificación con aquellas referencias modernistas que comentábamos anteriormente. No es una casualidad que la rehabilitación y recuperación de su uso hotelero coincida con otro nuevo renacer de la ciudad actual con sus renovadas aspiraciones de capitalidad turística y económica del Sur de España, en donde sus grandes actuaciones culturales y transformaciones urbanas la han convertido en la referencia obligada del turismo nacional e internacional.